Cuando compramos un jamón debemos tener en cuenta distintos criterios que son los que van a garantizar su calidad y su sabor. Entre ellos el tipo de jamón que vayamos a elegir según la raza de cerdo o en base a su periodo de curación.
Esto implica conocer a fondo cuáles son las distintas razas de cerdo existentes y los tipos de jamón serrano que podemos comprar. Sobre todo porque el precio entre un tipo y otro puede oscilar bastante y debemos saber que el precio que estamos pagando es correcto.
Pero, ¿sabes cuál es la diferencia entre el jamón de reserva y el jamón de bodega? ¿Las características de cada de ellos?
A continuación te damos las claves para que entiendas esta clasificación y sepas cómo distinguir el uno del otro. Comprando así el que más encaje basándonos en tus necesidades.
Cerdos de razas: Clasificación del jamón
Lo primero que debemos plantearnos para conocer un poco mejor qué es el jamón serrano y los tipos que existen, es la clasificación que se realiza en los jamones basándose en la raza de cerdo.
Como ya sabes, el jamón serrano se realiza mediante un proceso de curación de las patas traseras del cerdo y puede implicar un periodo más o menos largo basándonos en el resultado final que queremos conseguir. Si quieres saber en detalle cómo se lleva a cabo este proceso puedes leerlo en este artículo.
Una vez sabemos esto es importante conocer que la primera distinción que se realiza habitualmente cuando hablamos de jamón serrano depende de la raza del mismo, haciendo alusión a cerdos ibéricos o cerdos blancos.
Los cerdos ibéricos solamente pueden criarse en la Península (como su propio nombre indica) y tienen unas características muy marcadas como el hecho de haberse criado en una dehesa y, en el caso de los cerdos ibéricos de bellota, alimentarse a base de un porcentaje determinado de este producto para garantizar la calidad del mismo. Por ejemplo, el duroc pietrain landrace es una de las razas sinónimo de calidad del jamón.
Mientras que, por su parte, el cerdo blanco engloba una raza mucho más amplia que puede criarse en distintos países y cuyo coste, por lo tanto, es menos elevado que el de la raza ibérica.
La alimentación de los animales en ambos tipos de jamón es muy similar por lo que, la única diferencia en este sentido sería en el caso del cerdo ibérico de bellota.
Pero, una vez hecha esta primera distinción, es importante saber que el cerdo blanco también puede dividirse en distintas categorías como es el caso del jamón de bodega y el jamón de reserva. De estas dos tipologías son de las que hablaremos a continuación.
¿Cuál es la diferencia entre un jamón de reserva y un jamón de bodega?
A la hora de comprar un jamón curado debemos saber si se trata de un jamón de bodega o uno de reserva, ya que esto va a influir de manera considerable en el precio y en la calidad del producto. Pero, ¿sabes cómo puedes distinguirlos?
A simple vista puede resultar complicado, ya que ambos se parecen mucho, de hecho, ambos tipos tienen una pezuña blanca por lo que esto no puede servirnos como criterio para diferenciarlos. Cosa que sí ocurre con los jamones 100% ibéricos, los cuales tienen la pezuña negra.
Por eso lo mejor que podemos hacer es fijarnos en el etiquetado que tiene cada una de las piezas. Allí se indicarán aspectos clave para saber si el jamón que estamos comprando es de bodega o de reserva y así conseguir que no nos den gato por liebre.
Pero, si quieres conocer más en detalle la diferencia que existe entre los jamones de bodega y los jamones de reserva te aconsejamos que sigas leyendo.
Jamones de bodega
Los jamones de bodega son aquellos cuyo coste es menor puesto que solamente deben pasar 9 meses en periodo de curación antes de ponerlos a la venta. O, en caso de que estemos hablando de la paleta, el periodo sería de 5 meses. Esto hace que su precio sea mucho más económico que el de otros jamones que requieren un periodo mucho mayor para su realización.
Además, otra de las claves que te va a ayudar a distinguir si se trata de jamón de bodega es el hecho de que este tipo de jamón no suele comercializarse en piezas enteras sino que se vende en paquetes envasados al vacío.
Jamones de reserva
Sin embargo, en el caso de los jamones de reserva, el periodo de curación de los mismos debe ser al menos 12 meses de curación (aunque en algunos casos puede ser incluso más amplio). Y, con respecto a las piezas de paletilla, el periodo mínimo debe ser de 7 meses.
Por eso, a la hora de mirar la etiqueta del jamón que vamos a adquirir, debemos tener claro que para que pueda considerarse un jamón de reserva el periodo de curación del mismo debe ser como mínimo de un año. Algo que va a influir finalmente en el precio del mismo, pero también en el sabor y la calidad que vamos a encontrar a la hora de consumirlo.
Además debes saber que también existen jamones Gran Reserva que son denominados así porque su periodo de curación es aún mayor, estando por encima de los 15 meses. Estos jamones son los más demandados debido a su alta calidad aunque el precio también es mayor por lo que lo ideal es comprarlo en envases y no tener que adquirir la pieza completa.
¿Cuál es la mejor elección?
Como acabas de ver, el criterio de la curación es el que distingue el tipo de jamón que vayas a comprar y consumir, puesto que el proceso de elaboración en ambos tipos es el mismo.
La elección final de adquirir un producto u otro va a depender de tus necesidades e intereses, ya que, en cualquier caso, el jamón serrano es un producto de excelente calidad e ideal para comer en prácticamente cualquier momento.
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