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¿Qué embutidos puede comer una embarazada?

El embarazo es un momento en el cual debemos cuidar especialmente la alimentación para así garantizar que el bebé reciba todos los nutrientes necesarios y crezca sano.

Esto implica que las embarazadas suelen sufrir algunas restricciones a nivel alimentario, basadas en las recomendaciones que les realizan sus médicos, para así evitar posibles infecciones y/o problemas de salud. Lo que afecta a la gama de los embutidos.

Pero, ¿se puede comer lomo embuchado durante el embarazo u otro tipo de fiambre? ¿O las embarazadas no pueden comer ningún tipo de embutidos?

En este artículo vamos a resolver todas tus dudas sobre los embutidos que se pueden comer durante el embarazo.

¿Por qué no se recomienda a las embarazadas comer embutidos?

Pero, antes de conocer que alimentos sí pueden comer las embarazas, es importante que sepamos por qué no se les aconseja comer este tipo de productos.

El motivo principal es evitar la toxoplasmosis durante el embarazo. Esta enfermedad parasitaria puede contraerse con el consumo de carnes crudas/semicrudas como es el caso de los embutidos y puede atravesar la placenta afectando al bebé.

Esto implica que, si queremos evitar las infecciones por toxoplasmosis, debemos eliminar el jamón serrano y otros productos crudos de su dieta, incrementando a su vez el consumo de frutas y verduras.

¿Quieres saber más sobre cómo se lleva a cabo el proceso de elaboración del jamón serrano? Puedes leerlo aquí y de esta forma podrás entender mejor por qué no es un alimento recomendado para embarazadas.

¿Las embarazadas nunca pueden comer embutidos?

Pero, dado que se trata de una infección, es posible que te estés preguntando ¿qué ocurre si ya la ha pasado? ¿Puedo comer chorizo en el embarazo?

Lo cierto es que si la persona ha sufrido toxoplasmosis debería haber generado anticuerpos para esta enfermedad. Por lo que el consumo de embutidos en el embarazo va a depender de este factor y, en la medida de lo posible, deben elegir productos de calidad como los que puedes encontrar en nuestra tienda online de embutidos.

Pero, ¿cómo podemos saber si hemos tenido toxoplasmosis? Muy sencillo, tan solo hay que llevar a cabo una prueba durante las primeras etapas del embarazo conocida como toxo-test.  Si el resultado de esta prueba da anticuerpos para la enfermedad, la persona embarazada no tendría por qué limitar el consumo de estos alimentos aunque sí es algo recomendable.

Embutidos y embarazo: Cuáles puedes comer

que embutidos puede comer una embarazada Si estás embarazada puede que una de las preguntas que te hayas hecho sea: ¿Puedo comer salchichón estando embarazada? o ¿puedo comer fuet embarazada?

Esta es la pregunta que se hacen muchas mujeres embarazadas dado que los fiambres son uno de los alimentos que se consume habitualmente en España.

A continuación te indicamos cuáles son los embutidos que si puedes comer durante el embarazo y los que no. 

Embutido ibérico y embarazo: lo que no puedes comer

Lo primero que vamos a ver son aquellos alimentos que no debes consumir el embarazo como, por ejemplo, el caso de la morcilla. Los prohibidos son los embutidos crudos o semicrudos como el chorizo, el salchichón, el jamón serrano y todos sus derivados.

De esta forma, no puedes comer butifarra blanca durante el embarazo ni cecina o productos similares porque los procesos de curación de los mismos se llevan a cabo a temperaturas inferiores a 20ºc. De forma que no se garantiza la muerte de posibles bacterias como la causante de la toxoplasmosis.

Embutidos que sí se pueden comer en el embarazo

Ya hemos hablado de los embutidos que no se pueden comer pero, ¿qué ocurre con los que sí?

Los embutidos que han sido cocinados sí pueden consumirse como es el caso del jamón cocido. Entonces te estarás preguntando ¿Puedo comer lacón estando embarazada? Sí, siempre y cuando el alimento se haya elaborado mediante un proceso de cocción que garantice que no puedes adquirir ninguna enfermedad.

En esta gama además de los citados también se incluye el salchichón de pavo para embarazadas, la mortadela o incluso el queso. Aunque hay que hacer una aclaración con este último y es que se puede consumir siempre y cuando haya sido elaborado con leche pasteurizada por lo que es importante que miremos correctamente esta información y, ante la duda, no lo consumamos.

En cualquier caso, debemos ser conscientes de que los embutidos son muy ricos en grasas por lo que consumirlos puede elevar nuestros niveles de colesterol.

De esta forma, es mejor reducir su consumo en la medida de lo posible y aumentar el de otros alimentos con un alto contenido de nutrientes para así llegar a la etapa final del embarazo con los mejores niveles de salud posibles.